lunes, febrero 26, 2007

Tu cuerpo dice más...

Todo pensamiento vuelve a tu cuerpo.

Es así que frecuentemente visito la posibilidad de volver a explorar ese espacio donde ya no tengo miedo.


Por eso creo que tu cuerpo dice más que tus palabras.


Tu boca sólo la recuerdo humedeciendo mi boca, acariciando mi cuello, llegando lentamente al centro del placer donde lo que puedes decir se pierden definitivamente.


Con tus brazos me confiesas un fugaz deseo de acompañarme y en ese instante tu cuerpo se parece a una promesa.


Todo lo que podría arruinarse con palabras en tu cuerpo se siente correcto, por eso me doy permiso de ser como creí que era.


Tu pecho me recibe sin preguntas y aún en ese abismo llego a sentirme plena.


Tu piel me limpia de los temores que en otras circunstancias se tatuaron en cada centímetro de mi cuerpo.


Para ti yo soy como el silencio, un espacio en blanco que sólo espera tu cuerpo.


Desaparezco hasta encontrar tu tacto, me disperso en las horas de luz y me reintegro al sentir con la noche la fuerza de tu cuerpo, la contundencia de lo que no se ha dicho porque ni tus palabras ni las mías dicen tanto como nuestros cuerpos.