jueves, septiembre 15, 2022

El día que no existió



El día que no existió desperté para esperarte, 
llegaste en medio de la noche buscando mi pecho. 
Me acosté a tu lado sintiendo tu respiración 
(fue raro verte en mi cama), 
esperando a que despiertes.

Sonreías, otra vez te reíste entre sueños, 
pero cuando abriste los ojos estabas triste, 
lloraste a mi lado, conmigo, no por mí, 
aceptaste mi abrazo, también mis besos y volviste a dormir.

El día que no existió te observé buscando alguna razón para dejarte ir y no pude, me quedaron las ganas de escribir cuando volviste a despertar.

Buscamos juntos el bosque, 
los rayos de sol, 
me tomaste de la mano y te lo confesé todo. 
Yo también lloré, contigo, por ti. 
Me besaste, me abrazaste y seguimos caminando.

El día que no existió perseguimos el atardecer hasta que nos agarró la noche, encontramos luces y laberintos, bailamos. 

Me deshice del miedo y te seguí para quedarme a tu lado, 
fue como nunca y también como siempre, 
como ese tiempo que dura poco, 
que por eso es precioso y se extraña para siempre.

El día que no existió, no tuve miedo, 
anochecimos y despertamos juntos otra vez, 
nada cambió, 
todavía me duele, 
por eso me fui.