martes, noviembre 07, 2006

Salar


Fue tanta la culpa,
la sal sobre la herida
tanta la razón de mi sinrazón
tan cierta mi equivocación.

Fue tan grave la soledad,
tan oscura la noche
tan inmensa la distancia
tanto el alcohol.

Fue tan real tu ausencia
tan contundente mi humanidad,
tan absurda mi melancolía
tan crónica mi necesidad,
tan corto el verano.

Que no pude esperarte,
no pude serle fiel a tu fantasma,
no pude evitarme el desvarío.

Fue tan frío lo que quedó al haberte perdido
que me dejó acostada e inmóvil
sola sobre la culpa
y cubierta de sal.

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